Juego de quinielas: Historia y Presente

                                 

En el año 1951 se inauguró en Santo Domingo el juego de quinielas, sucede que en Santo Domingo existía un grupo de personas dedicadas a celebrar rifas de objetos con los dos terminales del premio mayor de la Lotería, especialmente ropas, zapatos y alimentos. Esto, poco a poco fue convirtiéndose en rifas de dinero. La “lista” era del 1 al 100 y cada número jugado valía 0.25 centavos.

 

Fue tanto el auge de estas rifas, que florecieron los que se denominaron “boliteros” o “aguanteros”, los cuales por cada fracción o número ganador de 0.25 pagaban con el terminal del primer premio de la Lotería RD$10.00; y otras sumas menores a los que acertaban con el segundo y tercero.

Conforme crecía la demanda por este juego, el sistema oficial sufría pérdidas. Llegó a representar, no sólo significativas bajas de dinero, sino a afectar la venta de billetes de la Lotería.

 

Muchos jugadores, guiados por la esperanza de ganar RD$10.00 por la compra de un número de 25 centavos, se exponían a ser estafados por los dueños de esta rifa ilegal, que por lo regular cuando el jugador acertaba con uno de los premios optaban por esconderse y no honrar sus compromisos.

 

La alternativa la buscó don Ramón Saviñon Lluberes, administrador arrendatario de la Lotería Nacional. El entendió que era necesario crear un sistema que, siendo oficial, pudiera ser una solución contra el mal que estaba afectando tanto a los billetes.

Se supo entonces que en algunos países, como Panamá comercializaban con juegos denominados quinielas que eran administrados conjuntamente con los billetes.

 

A finales del año 1951, se celebró el primer sorteo con una tirada limitada de 100 series compuestas cada una de 100 planillas numeradas del 01 al 100. Cada planilla fue dividida en vigésimos. Cada fracción o vigésimo ganaba RD$15.00.

 

La receptividad de la quiniela desbordó las expectativas. En la misma semana se agotó la emisión del primer sorteo. Por eso se requirió aumentar cada vez más la tirada. Más tarde, ante esta realidad y para mayor control del sector, el gobierno legalizó las operaciones a través de franquicias, dando origen a lo que se conoce hoy como bancas de lotería, las cuales comercializan productos tipo quiniela, pero de manera electrónica.